domingo, 3 de febrero de 2019

XX ANNOS ROS

Han pasado veinte años y aun recuerdo ese instante como si fuera ayer. Pero no, realmente han pasado veinte años...


Aquella mañana lucía un sol primaveral aunque no fuera primavera; una mañana de esas "buenas" a las que nos tiene acostumbrado Don Lorenzo, en este maravilloso rincón en el que tenemos la gracia de vivir.

Siendo sincero, esa mañana no fue tan buena pero conforme se iba acercando la hora de la misa, el cielo se fue despejando, y el único agua que cayó, fueron las lágrimas que corrieron por cientos de mejillas; de las mejillas de tanta gente que te había soñado desde siempre, quizás no de la manera en que te presentaste; pero si como a un hijo, al que puedes imaginar su cara en la mente pero aun no la has visto y una vez que la ves, se te olvidan todas las ideas que podías haber formado en tu cabeza.

Así sucedió, de la manera mas solemne fuiste entrando por las puertas de la Parroquia, por esas puertas que durante estos veinte años has cruzado tantas veces. A toques de tambor y flauta y entre vítores y vivas de la gente que te soñaba. Ya te teníamos bendito "Simpecao", por fin el sueño de San Fernando se hizo realidad.

No tengo ninguna pretensión mas allá que la de acordarme de Ti, Tú que has sido y eres, paño de lágrimas de tantos de mis hermanos y de tanta gente que sin conocer el Rocío se han acercado a Ti a rezarte un "Dios te Salve" para pedirte alguna necesidad.

Seguramente has concedido milagros y gracias que ni siquiera sabemos, pero lo que si es una realidad, es que poco a poco has ido construyendo en torno a Ti un pequeño redil, que cada día en algún momento se acuerda de tu imagen y te pide ayuda o te da gracias. Un redil que al llegar la Romería y como pasa en cualquier devoción, se hace más grande. Solo hay que seguirte hasta las puertas de la Ermita en la tarde del viernes para realizar la presentación o acompañarte en el rezo del Rosario que antecede la Procesión de nuestra Madre, momentos que para mi personalmente son los más emotivos que he podido vivir en cada Romería.

Una vez escuche a un hombre sabio de las cosas del Rocío, sabio de los que no les hace falta tener titulación alguna aunque las tenga, porque no alardean de ellas. Sabio de los de verdad, de los que conocen por la experiencia y por la trasmisión que han recibido, que cuando se llega al Rocío, la que importa es la Titular y aunque no le falta razón, lo que también es cierto, es que Tú, eres el medio por el que llegamos a Ella, y que aquí en nuestra tierra, Tú eres Ella misma.

Han pasado veinte años y aun recuerdo ese instante como si fuera ayer. Pero no, realmente han pasado veinte años... desde que llegó la misma Virgen del Rocío a San Fernando.

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