Un ritual... (20 de Mayo de 2010)

Me encanta el café, muy caliente, con poca leche -"cargaíto"- y por supuesto con un vaso de agua, es más me da mucho coraje esos sitios donde no te ponen el agua cuando pides café, incluso diría que hay camareros a los que les molesta ponerte un vaso de agua, pues yo creo que debería de ser obligatorio, de hecho es así en muchas cafeterías que automáticamente sin pedirlo, te lo ponen.

Me encanta el café y todos los que me conocéis sabéis que es así. Hubo un tiempo en que podía beberme tranquilamente 10 tazas al día y es que se convirtió en puro vicio. Fuera la hora que fuera tomaba café, de hecho incluso hemos esperado a que abriera alguna cafetería a altas horas de la madrugada para tomarlo, antes de irnos a dormir después de haber estado una noche de "juerga".

Nunca me afectó al sueño pero llego el momento en que la cafeína hizo su efecto y entonces tuve que cambiarlo por el descafeinado y la verdad que no me sabía igual, pero al final como todo en la vida, terminas por acostumbrarte.

Hoy en día suelo intercambiarlo según mi estado, si tengo sueño y es temprano pues café y si es tarde, descafeinado. Esta regla la saben bien en "LA TEJA" (o "la tejita" como he terminado diciendo después de que las niñas, que a todo le meten diminutivos, me pegaran la coletilla y de ahí que ahora todo mi entorno la llame así), que es el lugar donde más suelo ir a tomar café, pues es un sitio en el que te puedes sentir como en casa, saben lo que quieres tomar y además creo que es la cafetería más limpia de la ciudad y de esto se mucho, ya que por mi gran afición (al café no a la fregona), te puedo decir que he visitado casi todas las existentes.

LA TEJA, la conocí hace un año aproximadamente por una amiga, pocos días después de que abriera y desde entonces no he dejado de ir.

Antonio y Jaime son socios y se conocieron pues como iba a ser, por el café. Jaime trabajaba de camarero en un conocido restaurante de uno de nuestros centros comerciales y Antonio iba diariamente a desayunar allí y poco a poco fue surgiendo la amistad entre ellos y tras un tiempo la idea de emprender este proyecto; que un año después vio la luz y es lo que hoy conocemos como "LA TEJA". El nombre hace honor a su especialidad, "las tejas" que son unas riquísimas galletas que hacen artesanalmente, aunque también hay otras, porque se de buena tinta que Jaime, que confiesa que es camarero por vocación, hace un café ejemplar que aun no han puesto en su carta porque Antonio, que es muy detallista, todavía no ha encontrado los vasos adecuados para éste.

Ellos esperan que todo les vaya bien y así pronto poder expandirse a otras ciudades y poder adquirir un local más grande (aunque espero que no dejen ese sitio donde comenzaron por lo acogedor y céntrico que es). Estoy totalmente seguro de que será así, pues en poco tiempo se han ido ganando una clientela fiel y no es nada raro pues ponen mucho mimo en todo lo que hacen, tanto ellos como Irene y Eva que son las dos camareras que les ayudan.

La verdad que para mi el café es un ritual, no puedo comenzar el día sin él y si por alguna circunstancia se me hace tarde y no lo tomo, parece que me falta algo, no se si me entendéis pero es así.

Es más no hay decisión importante que no haya tomado con una buena taza de café delante...

Con un café decidimos saltarnos una clase, con un café decidimos irnos a la aventura a Roma cuando murió Juan Pablo II, con un café nos contamos lo bien o lo mal que estábamos en aquel momento, nos pedimos perdón o dijimos lo siento, con un café escuchamos aquella hermosa canción que tanto nos gustaba, con un café me acompañaste, con un café... Cádiz... Córdoba, con un café empezamos a ser amigos, con un café te dije te quiero, con un café me dijiste si, con un café me dijiste tu mayor secreto, con un café nos excusamos para no ir a casa cuando éste era mi único sustento, con un café te dije que te quería desde hacía años, con un café me dijiste que lo nuestro no era posible de momento...

Y así podría decir tantas cosas que me han pasado con un café... sólo o acompañado, pero siempre con un café, pues no hay persona para mi que no sea importante con la que no haya compartido un café (bueno hay quién no lo toma pero lo que cuenta es la expresión "nos vemos para el café").

... me marcho que se me hace tarde y ya sabéis que si no tomo café parece como si me faltara algo...

A todos con los que he compartido un café y a "la tejita".