
¡Qué tonto fui! Demasiado bien, se que te distes cuenta y es que Tú lo ves todo... y se que no dejas de esperarme.
Algo me pudo, vergüenza, temor... ¿qué te voy a contar que Tú no sepas?
Han pasado ya once años desde que todos te viéramos por primera vez y sigues igual de hermosa.
Ayer comenzaron de nuevo a tirar de tu altar de sal, dos bueyes, nunca pensé que fueras tirada por ellos. Atrás quedó la mula y su caminar alegre que a veces nos hacía correr para poder tenerte cerca, para no separarnos de ti.
Atrás quedó, como quedará la arena, y con la arena el ruido de una ciudad en obras. Todo cambió, como cambiaron tus andares al lento y elegante paso de los bueyes y yo no estuve. Fue la primera vez que no estuve, que no fui a tu lado para decirte adiós.
Y es que también la vida cambia... todo cambia y todo queda atrás, como la arena y el ruido de esta ciudad en obras.
Ya será la quinta vez que vayas, cinco años pasando por delante de tu puerta, cinco años sin llegar al Zuazo y darte media vuelta. Ya son los que te acompañan, los que tienen la dicha de quedarse contigo, aunque Tú nos llevarás a todos.
Pasó aquel tiempo en que salías a la calle para volver y no irte, llegó tu hora, Rocío.
Cinco años de sueños hechos realidad y once de sueños de Hermandad. ¿Cuántos propósitos puestos en la mente de aquellos que estaban en el primer sitio por aquel entonces? ¿Cuántos supuestos que irían ahora contigo para llevar tu nombre? El nombre de su ciudad... Muchos sueños y poca realidad y muchos de ellos ya ni siquiera están, ahora si que disfrutan de ese primer sitio, están contigo.
Y es que la vida cambia, como cambian las ideas...
Pero tu Amor no cambia, Tú nunca cambias.
Dieciocho años los que llevan en esta tierra peregrinando a la aldea y muchos los que han pasado, porque todo pasa, menos Tú.
Pero todo eso fue necesario, los sueños, las ideas todas ellas frustradas para darse cuenta de que Tú eras la que de verdad importa y bien quisiste Señora agrupar a todos tus hijos por una misma causa y es que es cierto lo que Tú dices, "Unión y Fuerza".
Hoy volviendo la vista atrás, veo la cantidad de sufrimientos buscados sin causa, las injusticias y llantos de algunos que querían ser y no pudieron y de otros que pudiendo no quisieron. ¡Qué fácil hubiera sido todo si nos hubiéramos dejado en tus manos! Pero ahora todo eso no importa.
Todo pasó, como pasan las arenas con "el ole, rueda que rueda, la rueda de tu carreta", como pasó el andar de las mulas y como pasaremos todos. Todos menos tu Amor.
Ayer te vi debajo de mi casa pero no quise acercarme. ¡Qué tonto fui! Demasiado bien se que te distes cuenta y es que Tú lo ves todo... y se que no dejas de esperarme.
A mi amigo y hermano Jose Mari Calcy.
Es verdad que la vida cambia y todo pasa. Me has hecho recordar la cantidad de horas que pasábamos en aquella peña junto al parque de los patos, que éramos una gran familia, ¿te acuerdas?
ResponderEliminarSiempre intentando convencer a nuestros padres para quedarnos hasta las doce de la noche para poder cantar la Salve. Que recuerdos, uff yo era una niña, un bebé casi jajajaj y ahora ya una mujer y sigo teniendo de aquellos años mis mejores recuerdos.
Un beso me has emocionado mucho, sigue escribiendo, no sabía que lo hicieras también, bueno sabía de tus canciones por el coro que eran las más bonitas pero nada de que escribieras así, en mi humilde opinión creo que eres un buen columnista
Ya está en su casa, hasta el año que viene, comienza el ROCIO 2011
ResponderEliminarEsta con la Virgen, que bien escribes niño, desde chico, cualquier año pregonas a la hermandad
ResponderEliminar